Cuando llegué a esa reunión con mis colegas ángeles, sentía algo de curiosidad pero también un poco de escepticismo. Se suponía que íbamos a evaluar tres lanzamientos de empresas emergentes y luego ver una presentación de una de las empresas emergentes del portfolio.

No me sentía muy seguro acerca de esta última parte del plan. ¿Era posible que los ángeles recordaran a qué se dedica exactamente la empresa, entre tantas otras empresas en el portfolio? ¿Cómo podrían los ángeles ser de alguna ayuda para esa puesta en marcha? ¿Podríamos ser de algún valor en los 30 minutos restantes guardados para la discusión?


La primera parte de la reunión salió bien, nada diferente de lo que esperaba. Éramos casi 20 ángeles, haciendo preguntas, tratando de entender los planes de los fundadores para esos negocios y el potencial que podíamos desbloquear juntos. Luego vino nuestra presentación de inicio. Habíamos decidido invertir en ellos un año antes. Se estaban moviendo, pero tenían algunos problemas de enfoque. No estaban creciendo tan rápido como todos esperaban, como de costumbre.

Las preguntas de los ángeles hicieron evidente que la mitad de la audiencia no estaba familiarizada con lo que estaba haciendo la empresa, al menos no lo suficiente como para crear una discusión más profunda sobre la estrategia, el enfoque de mercado y las prioridades. Iba tal como pensé que iría hasta que alguien en la audiencia comenzó a hacerle preguntas completamente diferentes al fundador. Era como si al mismo tiempo estuviera confirmando información y estimulando al fundador a traer nuevos datos a los ángeles. Le pidió al fundador que explicara el caso de ese cliente en particular. También le recordó que describiera cómo se organizó el equipo para reducir el tiempo de preparación y por qué decidió cambiar el enfoque en el segmento B2B.

Esta persona aportó una perspectiva completamente nueva a la discusión, y lentamente los ángeles comenzaron a comprender los puntos que el fundador estaba tratando de exponer. Lo mejor de todo es que los ángeles podrían ofrecer ayuda concreta no solo trayendo nuevas ideas a la mesa, sino también brindando contactos clave que ayudarían al fundador con los desafíos.

“Este hombre es parte del equipo”, pensé. Estaba bastante seguro de que el fundador había sido lo suficientemente inteligente como para traer a esta persona que parecía un asesor o que podía ser parte del equipo o incluso un inversionista anterior, para hacer este puente entre la mentalidad del fundador y la mentalidad de los ángeles. Estaba equivocado. Era uno de los business angels pero para esa startup, uno especial. Era el Arcángel de esa startup. En COREangels creemos que trabajar de cerca con las startups es clave para mejorar los resultados de la cartera. Una de las formas de crear esta cercanía es tener este ángel en particular, a quien llamamos Arcángel. Arcángel es un ángel empresarial que mantiene una estrecha relación con los fundadores de una startup y comunica constantemente el progreso con otros ángeles del grupo.

Marcelo Motta Bastos (Sizebay), Maurizio Calcopietro (COREangels Atlantic) & Cintia Mano (COREangels)

Cuantos más ángeles y más diverso perfil de ángeles tengamos en un grupo, mayores serán las posibilidades de apoyar mejor a la startup con conexiones y experiencia. Si no estamos cerca de los fundadores, no sabremos CÓMO ayudar ni CUÁNDO ayudar.

El Arcángel desempeña este papel único, manteniendo una comunicación regular con los fundadores, discutiendo el negocio e interactuando con el resto de los ángeles. Tener un arcángel hace que la relación sea más eficiente ya que los fundadores no necesitarán estar explicando lo mismo una y otra vez. Hace las cosas más empáticas ya que tener a alguien poniéndose en los zapatos del fundador hace una gran diferencia.

Esto también hace que el apoyo sea más efectivo, ya que a la hora de solicitar ayuda específica, activar la red personal y profesional de ángeles, comprender cuándo no hay nada que hacer excepto dejar que el inicio funcione puede ser más fluido.

Mi propia experiencia como Arcángel lo ha demostrado. me dice que si todos estamos alineados con los mismos objetivos, solo es cuestión de dedicar un tiempo a sumergirnos en el negocio, promover conversaciones francas y demostrar interés no solo por el negocio sino también por los seres humanos que lo manejan.

A veces damos un pequeño empujón, planteando los problemas, preocupaciones y expectativas. Otras veces, necesitamos decirles a los ángeles que “bueno, el equipo está trabajando, tienen un buen plan, estemos aquí para ellos y en un par de semanas, hablamos de nuevo”.

Cintia Mano, a business angel and archangel in COREangels Atlantic.

Ser un Arcángel es una actividad voluntaria, pero vale la pena, no solo porque aumenta las posibilidades de mejores ganancias para el grupo, sino también porque es un placer observar y participar un poco en el viaje de estas personas increíbles.